Alabanza poderosa

¡La alabanza es poderosa! Cuando el pastor escocés Robert Murray McCheyne se angustiaba por la frialdad de su corazón hacia las cosas del Señor, cantaba alabanzas a Dios hasta que sentía que su espíritu se reavivaba. Por lo general, sus familiares podían decir a qué hora se despertaba, porque comenzaba el día con un salmo de alabanza.

¡Dios te necesita!

Para Su entrada triunfal en Jerusalén, Jesús escogió un burro como transporte real. Les indicó a los discípulos que dijeran: «El Señor lo necesita» (Marcos 11:3). ¿No es asombroso que el Hijo de Dios haya utilizado un medio tan insignificante para llevar a cabo Sus propósitos? Sobre este concepto, Alexander Maclaren comenta: «Cristo se acerca a nosotros de manera similar y deja de lado todas nuestras oportunas excusas. Él dice: “Te quiero a ti, y eso basta”».